"VIENTO" de Ricardo Pascale
Libertad para las ecuaciones diferenciales*
Se recomienda apagar el celular, tomar el ascensor y subir una escalera. Resultará saludable elevarse antes de observar con detenimiento lo nunca visto: sobre el piso de la sala descansa la estatua del viento.
Cómo dibujar un pampero? Cómo pedirle a semejante modelo que se quede quieto para poder retratarlo?
La precisión abstracta de Ricardo Pascale es la respuesta.
Un puente metálico cruza la sala y nos permite balconear su primer partitura en marupá: ecuación diferencial para instrumento de viento.
Mil doscientos setenta y cinco guiones de madera flotando a milímetros del suelo definen una función variable, un bosque horizontal en primavera o el video de un torbellino en bajísima resolución (treinta y cinco pixeles por metro cuadrado).
Cada nota en el teclado tiene una orientación clave en el itinerario sinuoso de una corriente de aire . La obra documenta un instante de malhumor atmosférico, un molino que refina y un remolino que vuelve a refinarse en soplo, tromba o vendaval.
El método geométrico, en tanto aproximación de solución, permite visualizar la biografía de una brisa o un huracán …como se gesta y gestiona, como fluye y confluye.
El genio matemático de Julio Vales no previó que su alumno Pascale establecería en el año 2017 el primer diálogo entre el ánimo, la meteorología y la escultura. Esa naturalidad para lo imprevisible, está en el ADN del viento y en la forma de ser y hacer de un gran artista.
La muestra nos invita también a ver de cerca tres detalles sobre muro y un retrato vertical del mismo viento.
En un planeta turbulento es un privilegio contar con la calma de Ricardo Pascale. Un paréntesis en el museo Gurvich, permitirá tomar distancia hasta comprobar que todo caos aparente oculta reglas y metas predeterminadas.
Marco Maggi
*Título de la nota de Manuel Flores Mora dedicada a José Luis Massera ( Semanario Jaque, diciembre de 1983)